10/09/2014

La figura de María Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, Emperatriz de Francia y Grande de España, ha servido de inspiración para la creación de la Colección 2014 que la
firma Montesco Alta Costura ha presentado en la Pasarela Larios de Málaga. Una muestra de diez diseños
que vuelven la mirada hacia un modo artesanal de entender la costura, a medio camino entre la tradición y
el arte. En este sentido, uno de los personajes femeninos más apasionantes de la historia de España, símbolo
primigenio de la vanguardia y la pasión por la moda, representa a la perfección el espíritu del lujo de la
Alta Costura que Montesco persigue, un trabajo que se detiene en los detalles y busca siempre la exaltación
de la feminidad. La Alta Costura tal y como se concibió en sus orígenes.
Chaquetas de silueta Bar, drapeados y vuelos escultóricos en faldas, volúmenes traseros y detalles
bordados de forma sutil son los elementos estrella de la nueva colección de los modistos malagueños. El
equipo creativo de la firma, formado por Carlos Aguirre y Mario Camino, recrea para la ocasión una
salida al campo de amazonas portentosas, regias, elegantes e híper sofisticadas. Pieles, mosqueros y
elementos propios de la equitación completan el estilismo de los diseños para la Pasarela Larios 2014.
La primera parte de la colección se compone de siete diseños en los que se unen la tradición británica
ecuestre con el refinado toque francés que la Condesa de Montijo solía imprimir a sus diseños. La mayoría
de estos trajes se componen de dos piezas, falda y chaqueta, y han sido elaborados en cálidos tejidos
invernales, con estampados que van desde el tartán y príncipe de gales hasta el adamascado o las rayas, en
una paleta cromática que abarca los rojos, verdes, azules y negros, con el beige y blanco reservados para
los detalles en puños y cuellos. Es aquí donde puede apreciarse mejor el trabajo de patronaje de los
diseñadores, que someten tejidos imposibles como la lana de doble faz para construir chaquetas de
volúmenes escultóricos, prendas que marcan la cintura y revelan la silueta femenina como nunca. Además
de las chaquetas en varias versiones, Montesco incorpora la capa como complemento invernal
Al apearse del caballo, el vigor de estas amazonas se torna delicadeza y se manifiesta en trajes de noche
fastuosos, con aplicaciones y bordados en oro, pieles, encajes de lúrex y tejidos brocados. Tres diseños
protagonizan el cierre de la colección. El primero de ellos, un cóctel en dos piezas, se compone de una falda
asimétrica con encaje de lúrex en plata y chaqueta de damasco de seada con piel de zorro. El vestido de gala
se reserva en esta ocasión al color más elegante de la paleta, el negro, con aplicaciones bordadas de
microlentejuelas doradas que recorren el cuerpo de la mujer abrazándolo. Se trata de un modelo lleno de
detalles, con terminaciones espectaculares en puños y cuellos y abotonaduras de otra época.
Por último, clausura la colección como viene siendo tradicional el traje de novia. En una colección que tiene
como base la arquitectura de las chaquetas no podía faltar un modelo nupcial en chaqueta y falda. La
chaqueta, en mikado de seda, va cerrada en cuello mao con aplicaciones bordadas en puños, bolsillos y
cuello. Volúmenes que marcan la salida de una espectacular cola son de nuevo los protagonistas del diseño.
El personaje: Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia
Considerada la primera it girl de la historia, Eugenia de Montijo invertía enormes sumas de dinero en su
vestuario y fue la impulsora de los desfiles de París tal y como hoy se conocen. Frederic Worth fue su
modisto de cabecera, junto al que introdujo numerosas innovaciones en la forma de vestir. Puso de moda los
cuellos y puños para montar a caballo y los trajes con cola, por ejemplo. Los vestidos y complementos que
lucía eran copiados enseguida por las elegantes damas de la época y las revistas publicaban artículos en
los que se destacaba su vestuario y se daba detallada cuenta de cada uno de sus looks.